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Microbiota intestinal: Qué es y cómo hay que cuidarla.
martes 30 de enero de 2024

Microbiota intestinal: Qué es y cómo hay que cuidarla.

El Dr. Guillermo D’Ottavio, integrante de la Unidad de Enfermedad Intestinal Inflamatoria, Celíaca y Trastornos Asociados al Consumo de Gluten y Staff del Servicio Gastroenterología y Videoendoscopia Digestiva, nos cuenta cómo funciona la microbiota intestinal, cómo se modifica y cómo se restablece.


La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Son billones de microbios que viven en simbiosis, es decir, es una relación de beneficio mutuo con nuestras células humanas.

En ella, no sólo encontramos bacterias, sino también otros organismos microscópicos como virus, hongos, arqueas y protozoos.

Estos microorganismos deben estar en equilibrio y cumplir con sus funciones para ayudarnos a mantener nuestra salud.

¿Cómo se forma?

Los microbios colonizan nuestro organismo desde el momento del nacimiento, especialmente si éste es por vía vaginal y con la lactancia materna. La composición de la microbiota va a variar en función de la parte del cuerpo que observemos: la piel, el aparato digestivo, incluida la boca y el aparato genito-urinario.

El 95% de la microbiota humana se localiza en el tracto gastrointestinal. Hay que destacar que la microbiota intestinal es la más estudiada de todas.

Un recorrido por nuestra microbiota

Si hacemos un paneo a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, este va a ir cambiando su composición microbiana. No olvidemos que la microbiota oral es muy diversa y compleja.

Por ejemplo, un dato solo para empezar a tomar dimensión de su importancia, los genes que componen el microbioma humano, superan ampliamente el propio genoma humano. Es decir, que desde el punto de vista médico, el microbioma es más accesible y manipulable que el genoma humano.

Empecemos por el estómago y el duodeno, donde encontraremos escasos microorganismos por la presencia de ácido gástrico y las enzimas digestivas. Pasamos al intestino delgado, aquí si comienza a aumentar poco a poco la cantidad y diversidad de microbios. Y finalmente en el intestino grueso es donde se detecta la mayor densidad microbiana y el ecosistema más complejo.

¿Qué funciones cumple?

  1. Protección frente a patógenos que pueden provocar enfermedades: la microbiota es una barrera que protege al organismo de microorganismos patógenos y sustancias tóxicas presentes en el ambiente, producidas por otros gérmenes. Las bacterias comensales nos protegen compitiendo por
    los recursos (el alimento o el espacio) produciendo sustancias con acción antimicrobiana.
  2. Modulación del sistema inmune: favorece que el sistema de defensa funcione adecuadamente identificando gérmenes patógenos y tolerando aquellos que son beneficiosos y evitando enfermedades autoinmunes.
  3. Regulación del metabolismo y balance energético.
  4. Digestión de alimentos: la microbiota permite digerir algunos componentes de los alimentos que el organismo humano no puede, como las fibras, generando metabolitos con propiedades beneficiosas como ácidos grasos de cadena corta insaturados, que cumplen la función de regular las poblaciones microbianas, son antioxidantes y ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos.
  5. Producción de vitaminas y compuestos químicos: algunas fundamentales para el mantenimiento de la salud, como la vitamina K y las vitaminas del Complejo B.
  6. Regular la secreción de neurotransmisores: intestinales, insulina y péptidos fundamentales para procesos vitales.

Síntomas de una microbiota desequilibrada.

Cuando existe una modificación de la microbiota, es decir un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas, tenemos que hablar de Disbiosis.

Esta alteración se puede producir por diferentes factores: mala alimentación, sedentarismo, estrés, contaminación ambiental, exceso y mal uso de antibióticos de amplio espectro, y alteración del tránsito normal intestinal.

Las modificaciones del tránsito digestivo, como las que presentan los pacientes con alteraciones anatómicas como estrecheces, adherencias postquirúrgicas, intestino grueso más largo y flexuoso (dolicocolon).

Divertículos o alteraciones funcionales como la constipación crónica, pueden generar el sobrecrecimiento de bacterias en sectores específicos del tracto intestinal, como el SIBO (del inglés “Small Intestine Bacterial Overgrowth”) y producir síntomas como diarrea y alternancia con constipación, distensión, gases y cólicos que habitualmente son asociados al Síndrome de Intestino Irritable (SII).

¿Cómo se resetea o restablece la microbiota?

Para poder reestablecer la flora digestiva es necesario mejorar la causa que generó el disbalance de la microbiota y realizar un tratamiento a base de prebióticos, probióticos y eventualmente otros antibióticos específicos que permitan disminuir las colonias patógenas en forma selectiva, sin afectar en sobremanera al resto de la flora bacteriana.

Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar la microbiota beneficiosa del cuerpo. Los prebióticos son alimentos, generalmente fibras, que actúan como nutrientes para la microbiota humana mejorando el equilibrio de estos microorganismos.

Hacia un cambio de paradigma.

La modificación selectiva de la flora intestinal es un campo de la medicina actual en desarrollo y puede cambiar el paradigma del tratamiento de muchas patologías, sostiene el Dr. D’Ottavio, no sólo digestivas.

Se están llevando adelante muchas investigaciones que explican la relación directa de la microbiota con afectaciones sistémicas.

Por ejemplo, Enfermedades digestivas (Enfermedad de Crohn, Colitis ulcerosa, Enfermedad Celíaca), Enfermedades Neuro-Psiquiátricas (Depresión, Trastornos del espectro autista, Parkinson, Alzheimer).
Enfermedades de la piel (Acné, Psoriasis, Dermatitis Atópica).

Enfermedades Genitourinarias (Vulvovaginitis, Candidiasis, Infecciones urinarias). Trastornos metabólicos (Obesidad, Diabetes, Hipercolesterolemia e Hipertrigliceridemia), Intolerancias alimentarias y alergias (Intolerancia a la lactosa y las proteínas de la leche) y además Enfermedades Autoinmunes y Oncológicas.

A modo de reflexión y para concluir, el doctor dice:

“De la misma manera en que hemos aumentado nuestra conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y los impactos de la contaminación en nuestro planeta, debemos ser conscientes del cuidado y mantenimiento de nuestra microbiota” es clave para mantener un tránsito digestivo adecuado.

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