En general, las personas usamos protectores solares para cuidarnos la piel del sol, pero en ocasiones olvidamos cuidar nuestros ojos.

La Dra. Julia Brown Arnold, Staff del Servicio de Oftalmología de Grupo Gamma, explica por qué es fundamental cuidar los ojos del sol y nos brinda recomendaciones a considerar con más atención durante el verano.

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El sol en esta estación afecta de manera directa a nuestros órganos expuestos y se convierte en una amenaza o bien, en un factor de riesgo para nuestra salud.

Cuando hablamos de factores de riesgo en oftalmología, hay que mencionar aquellas lesiones tanto a nivel palpebral como macular.

Es decir, en los párpados y en la mácula; que es una pequeña área, pero extremadamente importante, ubicada en el centro de la retina. Se trata del tejido sensible a la luz, que reviste la parte posterior del ojo y es responsable de ver detalles finos con claridad.

Entonces, ¿Cómo nos cuidamos?

En verano, solemos pasar más tiempo al aire libre, vamos al club, a la pileta y por supuesto que tiene muchos beneficios para nuestra salud, pero al mismo tiempo son entornos que pueden ser focos de afecciones para nuestros ojos.

Por esto, es esencial darle prioridad a ciertas medidas preventivas y así evitar enfermedades causadas tanto por la radiación solar u otros virus como por ejemplo la conjuntivitis

Como primera medida a tener en cuenta, evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16hs.

Es imprescindible el uso de protector solar adecuado y su renovación cada 2hs. sostiene la Dra. Brown Arnold.

A este cuidado debemos sumarle el uso de lentes de sol polarizados que estén homologados. Siempre debemos hacer la consulta con el médico oftalmólogo y comprar los anteojos de sol en ópticas y lugares autorizados. Esta es la mejor forma de proteger nuestros ojos de los rayos ultravioletas (UV).

Rayos UV

Hay que resaltar que el daño ocasionado por los rayos UV es acumulativo. Por lo tanto, hay que tener muy presente que las precauciones deben ser tomadas en personas de todas las edades, es decir prestar mucha atención a niños y niñas. Ya que el cuidado desde edades tempranas siempre favorecerá la salud ocular.

Virus y bacterias en el agua

Si concurrimos a alguna pileta, durante la inmersión fundamentalmente, se promueve el uso de antiparras para evitar el contagio de conjuntivitis y otras infecciones, como mencionaba antes; también es crucial no compartir las toallas, estas deben ser de uso personal.

Así mismo, para quienes hacen uso de lentes de contacto, lo ideal es retirarlos antes de “meterse al agua” o bien usar antiparras.

Gotas lubricantes ¿Si o no?

En esta época de calor es frecuente que estemos utilizando por largas horas el aire acondicionado o ventiladores, lo que genera en nuestros ojos una sensación de arenilla y resequedad.

Ante estos episodios si podemos utilizar las conocidas lágrimas artificiales, que funcionan muy bien, aportando alivio y frescura visual. 

Para concluir, la Doctora recomienda tener siempre a mano “un kit” que pueda servir tanto para utilizarlo en viajes, como así también, ante cualquier necesidad cotidiana en casa.

Este kit puede incluir lágrimas artificiales, antibióticos y corticoides tópicos y sin excepción deben estar recetados por tu médico oftalmólogo de confianza.