Los trastornos cognitivos suelen asociarse a pacientes con diagnóstico médico de Esclerosis Múltiple y pueden comprometer la capacidad para desenvolverse de manera independiente y eficaz en la vida cotidiana.
La Lic. Silvina Peralta, integrante del Servicio de Fonoaudiología y de la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes, Coordinadora de la Unidad de Diagnóstico y Rehabilitación de Enfermedades Neurocognitivas, nos acerca información al respecto.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema nervioso central, de origen autoinmunológico dirigido contra la cubierta de las neuronas (mielina) del mismo, alterando la transmisión del impulso nervioso a través de ellas.
¿Qué significa autoinmune?. El concepto autoinmune refiere a que nuestro sistema inmunitario ataca a nuestro propio cuerpo, en este caso a la mielina (vaina que cubre los nervios) del sistema nervioso central.
Esta enfermedad afecta principalmente a adultos jóvenes, de raza blanca, entre 20-35 años de edad, preferentemente mujeres en una relación 3-1.
Según su evolución, se pueden identificar dos grandes grupos: la forma en recaída y las formas evolutivas. La más común es la remitente recidivante (80%), que evoluciona en brotes seguidos por periodos de mejoría. Las otras, tienen un curso de permanente evolución asociado o no a la presencia de brotes.
Síntomas
Los síntomas que acompañan a la enfermedad son muy variados e impredecibles, y dependen de las áreas que resultaron comprometidas en cada brote. Estos pueden ser: alteraciones sensitivas, de la coordinación, del equilibrio, o visuales; debilidad muscular o fatiga severa; y alteraciones en la cognición.
La cognición es la capacidad de concentrar, mantener y dividir la atención, aprender y recordar cosas, planear, realizar y monitorizar actividades, pensar, razonar y resolver problemas, comprender y utilizar el lenguaje, reconocer objetos, unir cosas y juzgar distancias.
Algunas de las quejas subjetivas más frecuentes que los pacientes plantean con respecto a la cognición durante la consulta son: “me siento más lento”, “he perdido agilidad mental”, “quiero decir una palabra, pero me quedo en blanco”, o “se me olvidan las cosas, los nombres y actividades que tengo que realizar”.
Alteraciones más frecuentes desde el punto de vista cognitivo
-Enlentecimiento de la velocidad de procesamiento de la información. Esto puede manifestarse, por ejemplo, en la necesidad de mayor tiempo para tomar una decisión, comprender una instrucción o pensar en una respuesta correcta.
-Fallas en la función ejecutiva. Las mismas incluyen la capacidad de planificar, anticipar resultados, organizar y dirigir recursos adecuados a los objetivos, anticipación y desarrollo de la atención, control de impulsos y autorregulación, flexibilidad mental o la inhibición de la respuesta.
Estas capacidades son importantes en situaciones novedosas que necesitan de un ajuste rápido y flexible a las demandas del contexto. Nos permiten mantener el control de la atención, nos brindan estrategias de flexibilidad cognitiva que posibilitan cambiar a nuevas actividades, enfrentar cambios en las rutinas, aprender de los errores y crear estrategias.
-Dificultades en distintos procesos atencionales. Entre ellos, la atención focalizada (o respuesta básica a un estímulo), la atención sostenida durante un período prolongado y continuo, la atención selectiva (o capacidad de no distraerse durante la realización de una tarea determinada) y, finalmente, la atención dividida (o habilidad para responder a dos tareas a la vez).
-Alteración en la memoria. Dificultades en la codificación, almacenamiento y recuperación de la información aprendida. El compromiso puede evidenciarse en la memoria inmediata o a largo plazo y se manifiesta en el olvido de objetos, cosas o actividades planificadas.
El compromiso cognitivo puede impactar en el desempeño de las actividades de la vida cotidiana, no obstante, es importante señalar que no todos los pacientes presentan estas dificultades. En efecto, la característica más visible es la variabilidad individual.
De esta manera, cada paciente es diferente a los demás, e incluso en un mismo paciente no todos los niveles de funcionamiento de los procesos cognitivos suelen alterarse, sino que existen procesos conservados que tienen un papel sustancial en la vida de las personas con EM.
Es importante señalar que la detección temprana de estos cambios cognitivos puede conducir a intervenciones más oportunas y específicas, como la estimulación cognitiva orientada a sostener la calidad de vida del paciente y su desempeño independiente en las actividades de la vida cotidiana.
El Hospital Privado de Rosario, cuenta con la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes conformada por un cuerpo médico y terapéutico especializado en el tema.
Los profesionales abordan cada patología de manera integral y transdisciplinar, comenzando con una entrevista exhaustiva con el objetivo de elaborar un diagnóstico y ofrecer una rehabilitación adecuada a las necesidades de cada paciente, considerando los aspectos más específicos que una enfermedad compleja requiere.
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