El Dr. Martín Riege, integrante del Servicio de Ginecología de Grupo Gamma y especialista en Ginecología Oncológica y Cirugía Ginecológica, participó de una investigación científica internacional que permitió un avance importante en la cirugía de cuello de útero. El trabajo científico fue realizado junto al Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas y publicado en International Journal of Gynecological Cancer.
¿En qué consiste la intervención que dio lugar a la investigación?
Dr. Martin Riege: El cáncer de cuello de útero es una patología que antes implicaba una cirugía radical o cirugía estándar. La misma, incluía sacar todo el útero pero, a su vez, sacar los parametrios, los ganglios y un pedacito de vagina. Esa cirugía era bastante grande, con ciertas complicaciones, como ser primero la posibilidad de que las pacientes en edad reproductiva no se embaracen. A su vez, implicaba problemas en la vejiga, problemas en los uréteres. Este tipo de cirugía posee una alta tasa de complicaciones. Entonces se diseñó un trabajo en conjunto con el grupo de la Dra. Kathleen M. Schmeler, Anderson Cancer Center (India). Dicha institución, es uno de los dos principales hospitales oncológicos del mundo. Estuvimos observando, estudiando la bibliografía existente y llegamos a la conclusión que podía hacerse una cirugía menos radical. Con menos tasa de complicaciones, pudiendo ser conservador del útero y, en algunos casos, hacer una cirugía un poco más pequeña que tuviera también menos complicaciones, por más que la paciente no tuviera a futuro interés de concebir.
¿Cómo se realizó la investigación?
Dr. M.R.: Se hizo un estudio a nivel mundial en los cuales participaron centros de Estados Unidos y nosotros como centro de Argentina, con investigadores de Bogotá y Colombia. En Estados Unidos incluyeron pacientes y se hizo un grupo de análisis por cinco años haciendo una cirugía menos agresiva y ver qué resultados se obtenían. Se siguió con un control de calidad y anatomía patológica. Nosotros tomamos las muestras y en Estados Unidos revisaban las mismas. Se siguió con un protocolo autorizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y por el Centro Nacional, dado que era un cambio radical en la conducta quirúrgica para las guías. Este trabajo empezó en 2008 y, actualmente, cumplió cinco años de seguimiento de esas 100 pacientes comprendidas en el estudio. Y los resultados fueron muy satisfactorios.
En 2008 empezaron y se siguió por cinco años porque todas las pacientes tienen que tener cinco años para devolución. Se incluyó pacientes hasta el 2012 y 2013.
¿Cuáles fueron los resultados?
Dr. M.R.: La tasa de recaídas de enfermedad o de recidivas de la enfermedad fue igual a las cirugías más radicales. Por lo tanto, esto es un cambio en la historia de la cirugía. Es posible realizar cirugías menos agresivas para las pacientes, sea que busquen o no el embarazo. Sobre todo, el grupo de mujeres jóvenes que no han completado su fertilidad y esto coincide con su cáncer, puedan hacer una cirugía más conservadora que la otra, que la economía radical, que la cirugía estándar o la histerectomía radical.
¿Qué significa haber logrado un avance en tal sentido?
Dr. M.R.: Para nosotros es un orgullo porque es el primer centro de la Argentina que fue admitido por el Instituto Anderson para hacer trabajos cooperativos y son pacientes nuestras que tuvieron una alta tasa de calidad. Después se admitió al Hospital Italiano de Buenos Aires y el Hospital Británico de Buenos Aires. Pero de Rosario sería el único. Demostramos que podemos hacer trabajos colaborativos con centros internacionales lo cual es un orgullo para nosotros porque realmente no muchos centros pueden tener ese nivel de calidad.
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