En el marco del Día Internacional de la Disfagia, la Lic. Borrachetti Mariel integrante de la Unidad de Cirugía Hipofisaria y Base de Cráneo y el Servicio de Fonoaudiología de Grupo Gamma, explica como es el
tratamiento tanto previo como posterior, en relación a la deglución y el habla, en pacientes oncológicos.

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El número de pacientes que reciben diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello, aumentó a nivel mundial.
Según la OMS, en 2016, se han reportado más de 630.000 casos al año.

Los tipos de cáncer de cabeza y cuello se clasifican según su localización en:

• Cáncer de cavidad bucal
• De orofaringe
• Nasal
• De seno paranasal
• Cáncer de nasofaringe
• Laringe
• Cáncer de hipofaringe

A éstos, se suma el cáncer de tiroides que también genera importantes complicaciones en la comunicación y deglución.

Por otro lado, los tratamientos médicos que se plantean, pueden dividirse en 3 grupos:

1. Cirugía (extirpación local del tumor, en muchos casos, según severidad del cuadro, se requiere cirugía reconstructiva)
2. Radioterapia (para eliminar o dañar las células cancerosas)
3. Quimioterapia (actúa interrumpiendo el proceso de reproducción descontrolada de algunas células cancerosas)

Es importante comprender que estos tratamientos que interrumpen el proceso de crecimiento y división de las células cancerosas, también afectan a las células sanas y por lo tanto generan lesión en los tejidos
adyacentes.

Estos efectos secundarios de los tratamientos en cáncer de cabeza y cuello influyen en el habla y la deglución.

La severidad del trastorno deglutorio y/o del habla, dependerá en gran medida del tamaño y localización de la lesión; y en el caso de realizar una cirugía, del grado y extensión de la misma.

Como consecuencia podremos ver que el paciente refiere dolor, presenta edemas que junto con la cicatrización y la lesión nerviosa producidas por la cirugía serán los responsables de la disfagia.

Cuando se elige el tratamiento no quirúrgico (quimio-radioterapia), se busca la preservación de la anatomía y funcionalidad de la respiración, deglución y comunicación.

Sin embargo, muchas veces esto no se logra, y las funciones se ven afectadas, apareciendo odonofagia, xerostomía, mucositis, fibrosis, necrosis de tejidos blandos, pérdida de peso, afección en la mandíbula y en gran cantidad de casos se hace necesario recurrir a métodos alternativos de alimentación (sonda nasogástrica, gastrostomía) por un tiempo.

Puede decirse entonces, que la disfagia puede aparecer en el periodo pre-tratamiento, donde el problema en la deglución es mecánico por alteración en la estructura y el espacio oral o faríngeo, influyendo en el paso del bolo alimenticio. Cuando la disfagia aparece post-tratamiento oncológico, además de lo nombrado, se agregan complicaciones motoras y sensitivas.

¿Cómo puede darse cuenta el paciente?

Cuando:
Aumenta el tiempo de tránsito oral
Exista imposibilidad de manejar la comida en la cavidad oral
Haya ccumulación de residuos en boca y faringe
Movilidad lingual reducida o nula
Movilidad hioidea limitada
Tos luego de tragar
Falta de fuerza al tragar
Sensación de cuerpo extraño en faringe

Entonces, ¿Qué puede provocar?

Malnutrición
Deshidratación
Pérdida de peso en poco tiempo
Miedo al comer
Ahogos. Calidad de vida afectada

¿Qué debe hacer un paciente con cáncer de cabeza y cuello que presente estos síntomas?

El paciente debería consultar a una fonoaudióloga o fonoaudiólogo, especialistas en deglución para evaluar e intervenir a tiempo en los problemas de la deglución, evitando al máximo posible las consecuencias de la disfagia.

Teniendo en cuenta la elevada prevalencia de disfagia secundaria a tratamiento de cabeza y cuello, se hace imprescindible la intervención oportuna de un equipo multidisciplinario, en donde la fonoaudióloga realiza la evaluación y el diagnóstico, determinando la seguridad y eficacia de la vía oral; y planificando un tratamiento individualizado tendiente a la recuperación o compensación de las funciones afectadas.