Los tumores cerebrales resultan cada vez más frecuentes, afectando principalmente los extremos de la vida: niños y adultos mayores. La cefalea es el síntoma más frecuente, sin embargo, suele ser una señal no reconocida a tiempo. El Dr. Néstor Banfi, integrante de los Servicios de Neurología y Neurofisiología de Grupo Gamma, nos informa acerca de los principales síntomas de los tumores cerebrales.
¿Qué sintomatología determina la presencia de un tumor cerebral?
El cuadro clínico de un tumor cerebral puede producir diferentes síntomas de acuerdo al lugar que ocupe dentro de dicho tejido. Sin embargo, no son estos síntomas los que determinan el tipo de tumor y la evolución del mismo en el transcurso del tiempo.
Su comportamiento varía según las características que presenta. Así, algunos alcanzan un tamaño considerable con poca sintomatología, mientras que tumoraciones pequeñas pueden producir manifestaciones mucho más evidentes, por encontrarse en lugares estratégicos, llamados áreas elocuentes del sistema nervioso central.
Los síntomas se producen por el compromiso de diversas estructuras sensibles al dolor o por aumento de la presión dentro del cráneo (hipertensión intracraneana) que genera una nueva formación dentro de un compartimento rígido.
Cada área de la corteza cerebral tiene una función específica y de acuerdo a la zona afectada serán los síntomas que presente el paciente.
El síntoma más frecuente es la cefalea (dolor de cabeza) que en el transcurso del tiempo va cambiando sus características, frecuencia e intensidad con menor respuesta a los analgésicos comunes (paracetamol – ibuprofeno) y empeorando con los cambios de posición del cuerpo y acciones que requieren esfuerzo físico (levantar peso, toser, agacharse, etc.) acompañándose en ciertas ocasiones de náuseas y/o vómitos, que no pueden explicarse por otra afección.
Las convulsiones pueden formar también, parte del debut de un tumor cerebral, con movimientos producidos en un determinado sector del cuerpo (crisis focales) o movimientos generalizados de todo el cuerpo con pérdida de la conciencia (crisis generalizadas).
En ciertas ocasiones, las personas pueden presentar como manifestación inicial, cambios de conducta en forma repentina como ansiedad, euforia, depresión, desinhibición, trastornos de la memoria y la atención (trastornos cognitivos), entre otros.
Síntomas menos frecuentes son debilidad muscular progresiva, trastornos del equilibrio y la marcha, visión doble, disminución de la audición, alteraciones de la sensibilidad en una determinada zona del cuerpo, etc.
La presencia de cualquiera de los síntomas descriptos, no debe asustarnos, pero si incentivarnos a generar oportunamente una consulta con el médico neurólogo, para la detección precoz y el tratamiento oportuno de lesiones tumorales potencialmente tratables.
Por último, vale destacar, que las nuevas técnicas de imágenes, la biología molecular, las técnicas neuroquirúrgicas y los tratamientos neurooncológicos han cambiado sustancialmente la calidad de vida y el pronóstico de las personas que lo padecen.
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