Cuando baja la temperatura, la mente, el cuerpo y las ganas de comer algo rico y calentito aumentan, las ganas de salir a caminar disminuyen…la fuerza de voluntad para hacer dieta se esfuma…la ropa abrigada permite disimular el sobrepeso…y esto nos lleva a engordar.

No dejemos para septiembre el cuidado de nuestro cuerpo, ya que, sino, deberemos ponernos a una dieta rigurosa para bajar lo que aumentamos. Siempre es mejor cuidarnos de a poco, sin grandes sacrificios y en forma permanente.

Podemos disfrutar de todas las comidas invernales, cambiando la forma de prepararlas. Con algunos tips nutricionales podemos consumir todas las comidas.

Prácticos tips nutricionales

• Consumir ensaladas calientes, wok, cazuelas, salteados en lugar de ensaladas frías.
• Los guisos (lentejas, arroz) combinarlos con verduras y carne magra.
• Incorporar comidas calientes (bife a la criolla, zapallitos rellenos, puchero).
• Las pastas combinarlas con vegetales (brócoli, espinaca).
• Consumir líquidos calientes que dan mucha saciedad (caldo, té, café con leche).
• Las frutas se pueden consumir en compota, al horno o en puré.
• Evitar el agregado de queso a las preparaciones.
• Evitar el consumo de pan en las comidas.
• Consumir un plato y no repetir.
• No realizar comidas fritas.

También es importante diferenciar entre nuestra alimentación diaria y la alimentación eventual.

La mayor energía debemos ponerla en la diaria; lo eventual no hace la diferencia, por eso si una vez al año comemos un locro, una buseca o una bagna cauda no vamos a engordar.

Sí vamos a engordar si hacemos agregados diarios, una galletitas con queso o algún bocado de la comida de los chicos, un bocado de chocolate, un cuarto de alfajor, entre otros.

Si diariamente nos cuidamos, los kilos no aparecen!