El nombre anestesia deriva del vocablo griego “a aisthesis” (a- estesia), siendo ésta la definición de la “privación total o parcial de la sensibilidad, producida por causas patológicas o provocada con finalidad médica”.
La Anestesiología es la ciencia médica que se ocupa del alivio del dolor y el cuidado global del paciente quirúrgico antes, durante y después de la cirugía.
En la actualidad, incluye otras muchas áreas de actuación además del quirófano en las cuales el anestesiólogo forma parte de un equipo, tales como: el manejo de pacientes críticos y politraumatizados, el manejo del dolor crónico, el alivio del dolor en el parto, la asistencia de ciertos procedimientos y otras situaciones de emergencia dentro y fuera de los hospitales (por ejemplo, tomografías computadas que necesiten anestesia).
Gracias a las condiciones de máxima seguridad que ofrecen la tecnología y la ciencia médica actuales, el paciente puede ser operado sin percibir ningún tipo de dolor, permanezca o no despierto durante la anestesia e independientemente del tiempo que dure su intervención.
En el preoperatorio, el anestesiólogo evaluará en qué condiciones médicas se encuentra el paciente en el momento de la consulta. La cirugía no es algo natural, por lo que introduce ciertas alteraciones en el funcionamiento del organismo. Por eso, en el intra operatorio y mientras realice su anestesia, él se asegurará que todas las funciones vitales se desempeñen dentro de los límites normales. En este sentido, una de las tareas más importantes del anestesiólogo es tratar de minimizar o amortiguar el efecto de dichas alteraciones.
En el postoperatorio, según el caso, vigila al durante la recuperación de la anestesia y se ocupa del manejo del dolor.
El miedo a la anestesia viene de tiempos inmemoriales, en los cuales la anestesiología ni siquiera era una especialidad médica. Si bien el miedo hoy persiste, las causas que lo provocan son otras, como la falta de conocimiento de la población acerca de la anestesia y la amplia difusión mediática de los pocos casos con resultados fatales o secuelas graves debidos a la anestesia. Quienes dan a conocer estos datos, al hacerlo, no toman en cuenta la relación entre ellos y la cantidad de anestesias realizadas por año en el país. Por otro lado, existe un miedo natural de las personas a entregar su estado de conciencia a un desconocido.
Mucho se ha avanzado en los últimos 25 años en esta especialidad, para mejorar el cuidado y la seguridad de los pacientes sometidos a cirugía.
En la década del ’60, la posibilidad de tener un problema serio durante la anestesia era de 1 caso cada 10.000. Hoy, gracias a muchos factores, ese riesgo ha disminuido notablemente a 1 caso cada 200.000 (¡veinte veces menos!).
Hoy en día es mayor la probabilidad de sufrir un accidente de tránsito que la de padecer algún inconveniente durante el acto anestésico.
Como se desprende de las estadísticas, la anestesia es hoy un acto seguro (no exento de riesgos) y esto tiene su explicación:
- Los médicos especialistas en anestesiología están cada vez mejor preparados.
- El equipamiento anestésico para la administración y monitorización de la anestesia es cada vez más seguro, de forma tal que es posible medir y vigilar casi todas las variables fisiológicas del organismo durante la anestesia.
- Las drogas usadas en la actualidad son cada vez más seguras y eficaces.
- Continuamente se descubren nuevas y más seguras técnicas anestésicas.
Gran parte de la inquietud y miedo que siente el paciente al enfrentarse a una intervención quirúrgica están causados por la anestesia y no por la propia intervención. Sin duda, el responsable de esa sensación de miedo es el desconocimiento que la mayoría de las personas tienen de esta especialidad.
Imagen: donarsangreyorganos.blogspot.com.ar
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