En los inicios de la cirugía de aumento de mamas en los años 60, los implantes se fabricaban con un contenido interior de un gel de silicona muy fluido.
Este gel fue injustamente culpado de muchas de las contracturas capsulares de los implantes, debido al fenómeno de difusión del gel al exterior mediante micropartículas que atravesaban la cubierta monocapa sin que existiera un punto de ruptura en la superficie; a esto se le denominó “bleed” o “sudación”.
Es obvio que la fluidez del gel favorecía dicho fenómeno, pero no era el culpable. Las cubiertas no estaban perfeccionadas y permitían que con el paso del tiempo la silicona migrase al exterior.
Gracias a las mejoras en las cubiertas asegurando su impermeabilidad y proporcionando longevidad, los fabricantes optaron por diversas alternativas para el relleno de los implantes.
Actualmente los geles que se usan son de alta cohesividad, es decir, que los implantes pueden ser rotos o pinchados (estudios de punción para nódulos, quistes, etc,) y no sufrir migración de los geles hacia fuera.
Todas las empresas emplean geles de alta densidad. Los testeos y pruebas de tensión, fuerza y elasticidad han demostrado que los geles permanecen inalterables ante estas fuerzas a las que son sometidos, garantizando la calidad y duración de los mismos.
Temas
Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
Dejá tu comentario