En el contexto de la Semana Mundial sobre el Uso racional de los Antibióticos del 18 al 24 noviembre, la OMS tiene como objetivo aumentar la concientización sobre la resistencia a los antibióticos y fomentar las mejores prácticas entre el público en general, los trabajadores de la salud y los responsables de formular las políticas sanitarias. La Dra. Mariana Bellantig Tardío, integrante del Servicio de Infectología y Coordinadora del Comité de Control de Infecciones de Grupo Gamma, explica la importancia del uso racional de antibióticos.

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Los antibióticos han sido la piedra angular de la medicina moderna, sin embargo, el persistente uso excesivo e indebido de estos medicamentos en la atención de la salud humana y animal ha fomentado la aparición y propagación de la resistencia a los antibióticos.

¿Qué es la resistencia antibiótica?

Es la perdida de la eficacia de los antibióticos frente a determinadas bacterias productoras de infecciones.

Entre los factores que aceleran el proceso de resistencia a los antibióticos, no sólo destaca el mal uso de estos fármacos, sino también las deficiencias en prevención y control de infecciones, y las creencias erróneas de la población general en cuanto a necesidad de uso de estos medicamentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a la población:

• Lavarse las manos con frecuencia.
• Buena higiene de los alimentos.
• Evitar el contacto directo con personas enfermas.
• Cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.
• Solo usar antibióticos cuando un personal de salud se los prescriba y no automedicarse.
• Completar siempre los tratamientos indicados, aunque presente mejoría clínica.
• No compartir sus antibióticos ni usar los que le sobraron.

Si Ud. es profesional sanitario o farmacéutico puede contribuir a evitar infecciones:

• Asegurar la higiene de sus manos, los instrumentos y el entorno del paciente.
• Mantener al día los calendarios de vacunas de sus pacientes.
• En caso de sospecha de infección bacteriana realizar los cultivos para diagnóstico.
• Recetar y dispensar antibióticos solo cuando sean realmente necesarios.
• Recetar y dispensar el antibiótico adecuado, con la posología correcta y la duración correspondiente.

Todos podemos adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación si comprendemos el riesgo que conlleva para la salud.  Sin antibióticos eficaces para la atención y prevención de las infecciones, el éxito de los nuevos tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se verán comprometidos. Se estima que para el año 2050 habrá un total de 40.000 muertes anuales por infecciones bacterianas que antes eran tratables.

La solución está en nuestras manos.