La dificultad para el control de esfínteres es una complicada situación experimentada por 18 de cada 100 personas, mayormente mujeres de más de 40 años.
A pesar de existir tratamientos efectivos disponibles para solucionar estos inconvenientes muchas personas no realizan la consulta médica por vergüenza, hasta el punto tal de ocultarlo a su propio médico.
La incontinencia anal o fecal es un síntoma, no una enfermedad, por lo tanto el tratamiento depende de un acertado diagnóstico.
En muchos pacientes el problema es solucionado con dieta, medicamentos, ejercicios de rehabilitación muscular y solo en un pequeño porcentaje de casos se debe recurrir a la cirugía. Los suplementos dietarios y los medicamentos pueden generar materia fecal más sólida, un ejemplo de esto es la fibra; aunque mucha gente piensa que es laxante también se utiliza para absorber agua de las heces.
La rehabilitación muscular realizada por fisioterapeutas y kinesiólogos para fortalecer los músculos del piso pelviano solucionan los problemas de incontinencia a un alto número de pacientes. Estos ejercicios a veces son tutorizados con técnicas de biofeedback (bioretroalimentación).
La cirugía resuelve solo algunos problemas de antiguos traumatismos por partos o intervenciones quirúrgicas previas. Existe también la posibilidad de colocar mallas para reparar fibras musculares o de implantar dispositivos electrónicos para la estimulación del nervio sacro que inerva el esfínter anal (neuroestimulación sacra).
El paciente debe consultar por este síntoma en forma precoz y el médico trasladar esta consulta al grupo interdisciplinario para el correcto diagnóstico y tratamiento.
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Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
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