Las cirugías mínimamente invasivas son aquellas que no necesitan heridas importantes para acceder a la zona del organismo que necesita ser operada; esto permite que el post operatorio sea más corto y menos doloroso con un alta hospitalaria precoz y una incorporación rápida a la vida normal.
El riesgo de infecciones y hernias es menor, pues al haber una manipulación mínima de los tejidos, hay una menor reacción inflamatoria en la zona operada.
En la actualidad, la cirugía urológica convencional ha sido reeplazada en un 70 a 80% por técnicas mínimamente invasivas como la cirugía endoscópica – percutánea – laparoscópica. El acceso a los procesos patológicos se consigue mediante la utilización de microinsiciones o el uso de endoscopios rígidos o flexibles que son introducidos por vías naturales o pequeñas insiciones. Dichos avances se han logrado gracias a 4 puntos principales:
- La endoscopía rígida o flexible
- La imagenología
- La luz de fibra óptica
- La miniaturización del equipamiento
Los procedimientos endoscópicos permiten realizar cirugías urológicas, tales como:
- Uretrotomías internas en estrecheces uretral
- Resección transuretral de la patología prostática benigna
- Resección transuretral de tumores vesicales
- Corrección quirúrgica del ureterocele
- Tratamiento de la litiasis vesical
- Ureterorrenoscopía
- Tratamiento de la litiasis ureteral
- Cirugía percutánea
- Cirugía laparoscópica urológica
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