El hematoma subdural crónico se produce a causa de un traumatismo “que rompe alguna venita”. Se trata de una intervención rutinaria y común que los especialistas en este área atendemos con cierta frecuencia. Si bien es más común en personas mayores, tampoco es raro que suceda alrededor de los 60 años, la edad que tiene la presidenta.
¿Se necesita un golpe muy importante y fuerte para producirlo?
No, que a veces basta un simple choque con la punta de una ventana para que el cerebro realice un movimiento vibratorio determinado y que ese vaivén desgarre alguna vena. Si el hematoma queda atrapado se va degradando la sangre, y como esa colección tiene una acumulación mayor de algunas sustancias empieza a absorber liquido cefalorraquídeo, por lo que se agranda.
Si pasan los días, las semanas, y no se advierte el problema, aparecen los dolores de cabeza, esa sensación de hormigueo en la zona del cuerpo contraria a donde está el hematoma, y hasta pueden presentarse trastornos motores o del habla.
¿Se esperó demasiado en el caso de la presidenta para estudiarla a fondo? ¿Por qué aquel golpe producido el 12 de agosto no se siguió controlando de cerca?
En ocasiones se trata de traumatismos tan banales que la gente no les presta demasiada atención, eso no quiere decir que haya un descuido. Hay casos de pacientes que se golpearon con la punta de una ventana y al mes o mes y medio vinieron a la consulta por dolores de cabeza y mareos y tenían una colección subdural. En aquella ocasión la presidenta asistió a un centro médico donde le realizaron una tomografía computada que no arrojó problema alguno. Indudablemente el hematoma se fue formando con el correr de los días.
En el 95 por ciento de los caso debe extraerse por medio de una cirugía; sólo aquellos que son muy finitos, como una lámina pueden mejorar con reposo y corticoides. En manos expertas no debería haber problema alguno. En la operación hay que tomar algunos recaudos, como dejar que el hematoma no se evacúe en forma rápida; luego hay que colocar un drenaje e indicar al paciente reposo estricto por 24 o 48 horas para dejarlo que se vaya moviendo a partir del tercer día.
El tiempo de recuperación es variable y, como sucede con cualquier paciente, va a depender de un montón de factores. Pero sin dudas, podrá retomar su vida normal.
Adaptado de la entrevista de Florencia O’Keeffe al Dr. Telmo Nicola para Diario La Capital
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