La celiaquía es una enfermedad hereditaria y autoinmune, en su patogenia intervienen factores ambientales, genéticos e inmunológicos.
La superficie absortiva del intestino delgado de las personas que la padecen resulta dañada debido a la intolerancia al gluten, proteína que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno, lo cual afecta la capacidad del intestino para absorber los nutrientes en forma adecuada.
La celiaquía es considerada la enfermedad intestinal crónica más frecuente, actualmente se considera que 1 de cada 100 personas es celíaca.
El sistema inmunitario (las defensas) de las personas sensibles a la gliadina reacciona a esa proteína provocando inflamación y, finalmente, atrofia de las vellosidades intestinales responsables de la absorción de nutrientes.
La enfermedad puede presentarse en cualquier momento de la vida desde la lactancia hasta la adultez avanzada.
Los síntomas típicos de la intolerancia al gluten incluyen diarrea, erupciones cutáneas e hinchazón abdominal. La aparición de los síntomas mencionados es más frecuente en los niños.
En los adultos la enfermedad celíaca puede pasar inadvertida. Muchas veces los pacientes presentan síntomas atípicos con manifestaciones extraintestinales o incluso cursan durante años sin sintomatología aparente.
Las complicaciones obstétricas y ginecológicas podrían ser parte de esos síntomas atípicos, en mujeres celíacas no tratadas se han reportado casos de menarquía tardía, menopausia precoz, amenorrea secundaria, aumento de incidencia de abortos espontáneos y crecimiento intrauterino retardado, así como esterilidad de origen desconocido.
La malabsorción y la malnutrición asociadas a la enfermedad celíaca con el consiguiente déficit de hierro, cinc y folatos, pueden afectar a la secreción de gonadotrofinas hipofisarias, produciendo alteraciones de la fertilidad, pueden también interferir con la embriogenesis y con el crecimiento y nutrición fetal. Otro mecanismo de acción puede ser la interferencia directa de los anticuerpos anti-transglutaminasa tisular, los cuales dañarían el tejido trofoblástico, interfiriendo con la implantación y desarrollo embrionario.
Importancia de la incorporación de test de screening para descartar enfermedad celíaca:
Los pacientes con problemas de fertilidad (esterilidad primaria, secundaria o abortos de repetición) podrían por lo tanto estar en el grupo en el cual la enfermedad se presenta en forma atípica, pudiendo ser fácilmente descartada la misma con test de screening serológicos. El test de elección es la determinación de anticuerpos antitransglutaminasa IgA, de presentar títulos elevados será necesario derivar al paciente al especialista en gastroenterología para su diagnóstico definitivo mediante una biopsia intestinal.
Una vez diagnosticada la celiaquía el único tratamiento posible es una dieta estricta de alimentos libres de gluten, que deberá mantenerse de por vida.
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