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El 30 de Octubre es el Día Mundial de la Obesidad. A propósito de ésta fecha, La Dra. Tamara Cudi, Jefe del Servicio de Nutrición, explica qué es “efecto rebote”, porque sucede y cuáles son las claves para evitarlo.

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Uno de los enemigos más comunes en el camino de bajar de peso es el “efecto rebote”, siendo una de las mayores preocupaciones de todas aquellas personas que siguen un plan alimentario.

En la mayoría de los casos, surge la pregunta: ¿Porque una vez que se ha perdido peso se termina por recuperar esos kilos perdidos quizás hasta siguiendo los cambios alimentarios y la actividad física? ¿Qué es el efecto rebote? ¿Que causa el efecto rebote?

El efecto rebote no es más que la recuperación de los kilos que se han perdido con una dieta de adelgazamiento una vez llegado al objetivo.

La principal causa es la relajación y la eliminación de algunos de los hábitos que se siguieron durante el descenso. Así, se vuelve a recuperar peso. Algunos ejemplos son comer menos saludable, aumentar la porción de algunos alimentos sin vigilar las cantidades, dejar o disminuir la actividad física.

Asimismo, se puede observar en aquellas personas que siguen dietas muy rigurosas y poco equilibradas para bajar de peso. Es decir, dietas restrictivas que eliminan determinados nutrientes o grupos de alimentos. Finalmente, logran déficit nutricional y conductas compulsivas hacia determinados alimentos restringidos durante la dieta.

Por su parte, la actividad física durante el descenso de peso debe de ser posible de ser sostenida en el tiempo ya que la nula o escasa práctica de ejercicio físico también es otro hábito común que causa la aparición del temido efecto rebote. Principalmente, se pasa de un estilo de vida un poco más activo, durante el seguimiento de la dieta, a una vida más sedentaria.

“El efecto rebote no es más que la recuperación de los kilos que se han perdido con una dieta de adelgazamiento una vez llegado al objetivo.”

¿Cómo evitar el efecto rebote?

El plan alimentario debe incluir alimentos de buena calidad, adecuado a cada persona según edad, sexo y estilo de vida. Debe tener la cantidad necesaria de macro y micronutrientes. Y no recurrir a la dieta de internet o la misma de alguna amiga o amigo. No todos los metabolismos son iguales y no todos obedecemos a los mismos requerimientos.

La dieta debe tener una reducción calórica justa sin exceso de restricción calórica. Debe aportar los nutrientes esenciales para un descenso de peso progresivo. Ya que no es saludable que una persona pierda peso de forma rápida. Esto es perjudicial para la salud y, además, se tiende a aumentar de peso más rápidamente. Por tanto, la clave está en perder peso poco a poco.

Cuando comenzamos a cambiar los hábitos también debemos ponernos el objetivo de realizar actividad física. Es importante continuar con ella y para tales fines debe ser agradable y formar parte de nuestra rutina diaria. El ejercicio físico es vital, no sólo para mantener el peso perdido sino por los beneficios en la composición corporal. Gasta las energías extras, mejora la salud y en general la calidad de vida. La paciencia y la constancia en una dieta son factores imprescindibles para lograr el éxito.