En primer lugar, hablamos de una enfermedad que el Ministerio de Salud de la Nación incluyó dentro del listado de Enfermedades Poco Frecuentes (EPOF)  La intolerancia a la histamina, también denominada Histaminosis enteral o sensibilidad a la histamina de la dieta, es una patología que se produce cuando hay un desequilibrio entre una ingesta excesiva de histamina a través de los alimentos o un déficit en la degradación de ésta por parte de los sistemas de detoxificación a nivel intestinal y hepático.

En esta oportunidad el Dr. Fernando Martin, integrante del Servicio de Gastroenterología y Video Endoscopía Digestiva, junto al Bioq. Julián, Acosta, Jefe del Servicio del Laboratorio de Análisis Clínicos, nos brindan detalles para conocer más acerca de esta patología.

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La histamina es una amina biógena con múltiples efectos en órganos y sistemas del cuerpo humano.
Actúa favoreciendo funciones fisiológicas a nivel gastrointestinal, genitourinario, respiratorio,
cardiovascular, cutáneo, sistema nervioso central e inmunohematológico.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más frecuentes que presentan los pacientes con Histaminosis son:

Otorrino: Congestión nasal, estornudos, disnea, rinitis, broncoconstricción, asma.
Sueño: Insomnio, descanso no reparador, interrumpido.
Gastroenterológico: Diarreas/ Constipación, distensión abdominal, gases, intestino irritable, digestión lenta.
Muscular: Fatiga crónica, contracturas, dolor muscular de huesos y articulaciones, deshidratación de discos intervertebrales.
Sistema nervioso: Migrañas, vértigo, mareos, náuseas, vómitos, falta de memoria, falta de concentración, hiperactividad, trastorno de la temperatura corporal.
Cardiología: Arritmias, hipotensión, hipertensión, dolores en el pecho.
Ginecológico: Dismenorrea, endometriosis, abortos espontáneos, sin síntomas durante el embarazo.
Dermatológico: Angioedema, prurito, urticaria, dermatitis, psoriasis, sequedad, ronchas, dermografismo.

La sintomatología por un exceso de histamina plasmática puede producirse por una intoxicación al ingerir alimentos en mal estado, ya que el aminoácido L-histidina se metaboliza mediante descarboxilasas bacterianas hacia histamina, aumentando de forma considerable los niveles de histamina en el alimento que llega a sobrepasar los sistemas de catabolización de la misma y aumentan sus niveles a nivel plasmático. 

Se manifiesta como un cuadro agudo pseudo-alérgico con exantema cutáneo, vómitos, diarrea, dolor abdominal y/o dificultad respiratoria. 

¿Qué alimentos pueden contener histamina?

Los alimentos ricos en histamina, que se ponen bajo la lupa, a la hora de indicar el tratamiento son: La berenjena, la palta (aguacate) , los tomates, las frutillas, algunos pescados salados y ahumados. Los embutidos, el alcohol, los probióticos como la kombucha, el kéfir, los quesos duros, entre otros. 

¿Cómo se llega al diagnóstico?

El paciente debe presentar 2 o más síntomas de diferentes sistemas y se sospecha que los síntomas son provocados por exceso de histamina.
Hay que descartar enfermedad celíaca, sensibilidad al trigo no celíaca, alergias alimentarias, intolerancia a lactosa y fructosa, y SIBO (Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado).

Luego el diagnóstico, se confirma mediante el dosaje de histamina en orina de 24hs y los test específicos conocidos como DAO genético y de actividad DAO.

Una forma económica de diagnosticar, es realizando una dieta baja en histaminas y analizar si se comienzan a ver mejoras. Las dietas de fase 1 son muy restrictivas y por lo tanto es importante que se haga con supervisión de un nutricionista y que no se prolongue por más de dos o tres meses.

Tratamiento

En primer lugar, disminuir la cantidad de histamina exógena a través de la alimentación.

Aumentar los niveles de la enzima DAO a través de suplementación con medicamentos indicados por el profesional (DAOFOOD, DAOFOOD PLUS, NATURDAO).

Disminuir el stress, la actividad física intensa, los cambios bruscos de temperatura, la exposición al sol.

Suplementar los cofactores de la enzima DAO  y HNMT (cobre, zinc, vitamina C, magnesio y vitaminas B2, B6 y B12).

Para concluir, los especialistas recomiendan siempre realizar la consulta médica, hacer los estudios y chequeos necesarios, ante la aparición de síntomas.