Evitar el contagio de enfermedades como la gripe, la bronquiolitis, la bronquitis, la neumonía y otras infecciones respiratorias puede estar a nuestro alcance.
El lavado frecuente de manos con agua y jabón, la ventilación de los ambientes y la vacunación antigripal para los grupos de riesgo son medidas
que todos pueden realizar para mantenerse sanos.
Con la llegada del invierno y la persistencia de las bajas temperaturas, suele aumentar la incidencia de enfermedades respiratorias como la gripe, la bronquiolitis, la bronquitis y la neumonía, y si bien es imposible cortar su circulación, se pueden tomar medidas básicas de prevención para disminuir su contagio.
Otro problema frecuente que traen aparejados los intensos fríos son los peligros que acarrea la exposición al monóxido de carbono, un gas altamente tóxico producido por el mal uso de estufas, calefones, braseros y otros artefactos cuyo uso aumenta en estas épocas.
Frente a esto, el Ministerio de Salud (www.msal.gov.ar) recuerda que lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, aplicarse la vacuna antigripal incluida en el calendario de vacunación para los grupos de riesgo (embarazadas; puérperas; niños de 6 meses a 2 años -2 dosis-; personas entre 2 y 64 años con enfermedades de base; y personal de salud), y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo al toser o estornudar, constituyen pequeños actos que contribuyen a disminuir el impacto de estas enfermedades.
También se aconseja tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos; ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros lugares cerrados; mantener limpios picaportes y objetos de uso común, no compartir cubiertos ni vasos y enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y el hogar.
Los cuidados de los más pequeños:
Un capítulo aparte merece el cuidado de los bebés y niños. Es importante saber que la prevención de la mayoría de las enfermedades empieza con la lactancia materna. A través de ella, se transmiten defensas que permiten que los niños estén en mejores condiciones para enfrentarlas; por eso, si su bebé está enfermo, además de consultar inmediatamente al médico, es fundamental que no deje de amamantarlo.
Por otra parte, si un niño menor de 5 años presenta fiebre, ruidos al respirar, tos, decaimiento o rechaza la comida, esto debe ser entendido como un “signo de alarma” y hay que llevarlo sin demora al centro de salud más cercano. Allí los profesionales podrán detectar y tratar a tiempo las infecciones respiratorias, impidiendo que desarrollen cuadros graves.
Específicamente los niños de entre 6 meses y dos años deben aplicarse la vacuna antigripal incluida en el Calendario Nacional, al igual que las mujeres que tienen bebés menores de 6 meses para protegerlos a través de la leche materna.
Los ambientes donde se encuentran los niños deben ser 100 por ciento libres de humo de tabaco dado que el mismo disminuye el funcionamiento de las defensas del aparato respiratorio en los niños más pequeños.
El cuidado del aire interior de las viviendas también requiere evitar el humo de leña, ventilar las habitaciones donde hay brasas o una llama porque producen monóxido de carbono (un gas altamente tóxico), cuidar la casa del moho y la humedad para prevenir el desarrollo de bacterias y evitar la aplicación de insecticidas en aerosol.
Fuente: http://www.msal.gov.ar/htm/site/noticias_plantilla.asp?Id=2763
Temas
Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
Dejá tu comentario