La irradiación de componentes sanguíneos se realiza como respuesta a la gran cantidad de trasplantes de médula ósea, células progenitoras hematopoyéticas y órganos sólidos que hoy por hoy se realizan en los servicios de salud públicos y privados.

La irradiación de componentes sanguíneos elimina la posibilidad de desarrollo de Enfermedad Injerto contra Huésped Asociada a Transfusión (EICH), la cual es mortal en el 95% de los casos, siendo el único método reconocido a nivel mundial para evitar el desarrollo de dicha enfermedad.

Los linfocitos T del donador, cuando no son irradiados, proliferan y causan reacción de rechazo en el receptor, una dosis de radiación 2500 cGy asegura que la capacidad de reproducción de los linfocitos no se lleve a cabo en el receptor y por lo tanto se evita el desarrollo de la EICH.

Modalidades:

  • Glóbulos rojos.
  • Plasma.
  • Plaquetas. 
  • Sangre total.