Este procedimiento consiste en la observación microscópica, no invasiva, de las estructuras superficiales de la piel.

Es útil para evaluar y diagnosticar lesiones pigmentadas, nevus y tumores, especialmente para melanoma.

Mediante un dermatoscopio, que combina un sistema de amplificación de la imagen y un sistema de iluminación, permite visualizar una imagen ampliada y nítida del área a analizar.

De esta forma es posible ver claramente patrones de pigmentos y vascularización, determinando las características de la lesión, e indicar un tratamiento o la necesidad de alguna otra exploración complementaria más compleja como la biopsia.

Términos Relacionados

Microscopía de epiluminiscencia