El glaucoma es una enfermedad que afecta el nervio óptico, parte del ojo que conduce las imágenes que vemos hacia el cerebro. El nervio óptico está formado por muchas fibras nerviosas, como un cable de electricidad que contiene muchos filamentos. Cuando ocurre un daño a las fibras del nervio óptico, se desarrollan puntos ciegos. Estos puntos borrosos habitualmente no se detectan hasta que el daño al nervio óptico es significativo. Si la destrucción del nervio óptico es total, se produce ceguera.
La detección y el tratamiento precoces por parte del oftalmólogo son las claves para prevenir el daño al nervio óptico y la ceguera provocados por el glaucoma.
La cirugía de glaucoma de indica para reducir la presión intraocular, cuando el tratamiento con gotas no es suficiente y la enfermedad avanza.