Desde la Unidad de Hígado del Hospital Privado de Rosario, se desarrolló una guía simple y didáctica para orientar a los pacientes con enfermedad hepática crónica, sobre los hábitos de alimentación a seguir.
Estos tips responden las dudas más frecuentes en el consultorio, pero no reemplazan la consulta médica y nutricional por especialistas en el área.
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A quienes está dirigida esta guía:
Principalmente para pacientes con cirrosis. La cirrosis hepática representa el estadio final de todas las enfermedades hepáticas crónicas, caracterizadas por la formación progresiva de cicatrices (fibrosis) que comprometen la función del hígado.
Por lo general, su desarrollo es lento y silencioso, pudiendo los síntomas manifestarse en etapas avanzadas de la enfermedad.
La desnutrición es una complicación común, que afecta hasta 7 de cada 10 pacientes diagnosticados con cirrosis.
Esto se debe a múltiples factores:
- El gasto de energía es más elevado en el paciente con cirrosis que en la población general, ¡es equiparable a correr una maratón diaria! Cuando la ingesta calórica no logra cubrir este gasto, se produce pérdida de peso y de masa muscular.
- El hígado cirrótico se torna incapaz de almacenar energía (en forma de glucógeno) lo que conlleva la necesidad de alimentarse con frecuencia para evitar utilizar las reservas de músculo como fuente de energía.
- Varios aspectos llevan a un menor consumo de alimentos: la falta de apetito o alteración en la percepción de los sabores, sensación de saciedad precoz, hinchazón abdominal (ascitis), y los periodos de ayuno durante las internación.
Este estado de desnutrición desmejora la calidad de vida del paciente, aumenta el riesgo de infecciones y ensombrece el pronóstico de la enfermedad.
Las siguientes recomendaciones están orientadas a optimizar la forma de alimentarse de nuestros pacientes.
Recomendaciones
EVITAR PASAR MUCHAS HORAS SIN COMER
Una de las medidas más simples a implementar es evitar los ayunos prolongados: se deben realizar entre 5 a 6 raciones de comida por día. Sumar una colación rica en proteínas e hidratos de carbono posterior a la cena (si, antes de acostarse!) acorta el período sin ingesta de alimentos, ayudando a preservar el músculo.
Entre los ejemplos podemos mencionar un sándwich con 2 fetas de jamón y queso, un yogur con cereales junto a una fruta, dos rodajas de pan con hummus o mantequilla de maní.
LA DIETA TIENE QUE SER VARIADA
Se debe incluir alimentos de todos los grupos alimenticios. Verduras y frutas de todos los colores (al menos 3 porciones por día), legumbres y cereales (lentejas, garbanzos, avena, arroz yamaní, entre otros). Elegir los panificados caseros, de tipo integrales que son además fuente de fibras (volver a comprar en la panadería del barrio)
Ejemplos de platos variados
Desayuno o merienda: una infusión (te, mate cocido, café) con leche, con un sándwich de huevo y queso; para los dulceros un tortita de avena (que se hace muy fácil: mezcla 2 huevos, 3 cucharadas de avena y endulzante y lo cocinas en la sartén) sumado a una fruta.
Almuerzo o cena: una porción de proteína (un trozo de carne del tamaño de la palma de la mano ya sea de pollo, carne o pescado) con un cuarto plato de hidratos de carbono (arroz, fideos, papa) sumado a medio plato de verduras variadas, y de postre una fruta.
LAS PROTEÍNAS TIENEN UN ROL ESPECIAL
El requerimiento de proteínas en los pacientes con cirrosis es mayor que en personas sin cirrosis. Se encuentran en fuentes animales como pollo, pescado, carne, huevos, y en fuentes vegetales como quinoa, soja, lentejas, tofu.
Se calcula que deben comer 1.5 gr de proteína/kilo de peso por día. Siempre es clave pedir ayuda a un médico para calcularlo: se multiplica el peso corporal seco en kg x 1.5, dando como resultado los gramos de proteína a consumir por día.
Ejemplo: una persona de 70 kg debe consumir 100 gr de proteína por día.
¿Y qué son 100gr. de proteína? Acá dejamos algunos ejemplos:
- 100 gr de pechuga de pollo, carne o pescado = 25 – 30 gr de proteínas
- 1 lata de atún = 20 – 30 gr de proteínas
- 2 huevos = 12 gr de proteínas
- 100 gr tofu = 12 gr de proteínas
- 100 gr de ricota = 10- 12 gr de proteínas
- 1 pote de yogur (200 ml) o 200 ml leche = 8 – 10 gr de proteínas
- 1 rebanada de queso cremoso (30 gr) = 5-7 gr proteínas
- 100 gr de lentejas, garbanzos o porotos = 15 – 20 gr de proteínas
Si una persona de 70 kg debería consumir aproximadamente 100 gr de proteína al día. Esa cantidad de proteína se alcanza ingiriendo en el día 1 filete de pollo, una lata de atún, un huevo y un yogur.
Otra opción sería una ensalada con 100 gr de lentejas y 100 gr de ricota, un bife de carne roja, 3 huevos y un yogur.
INCLUIR GRASAS SALUDABLES
Las grasas de mejor calidad son las llamadas “grasas insaturadas”, provenientes de los aceites vegetales, frutos secos y pescados. Como opción podés empezar a utilizar aceite de oliva para tus preparaciones, incluir palta y consumir frutos secos como colación (una porción es lo que cabe en la palma de la mano). Elegir los frutos secos sin agregado de sal, y evitar los mix que traen fruta azucarada o abrillantada.
INCORPORAR CALCIO
Los productos lácteos son fuente de calcio y también de proteínas. Elegir aquellos descremados y bajos en sodio. El consumo de calcio es necesario para evitar la fragilidad ósea, condición frecuente en los pacientes con enfermedades hepáticas. Se recomienda el consumo de 1.2-1.5 gr. de calcio por día, es decir en 3 a 4 porciones de alimentos ricos en calcio.
Una porción de alimento rico en calcio equivale a 300 mg de calcio (1 taza de leche o yogur, media taza de ricota, 100gr de queso fresco,1 taza de espinaca hervida)
EL MÉTODO DE COCCIÓN IMPORTA
Los métodos de cocción preferidos son la cocción al vapor, a la plancha, horneado o asado. Dejar para ocasiones muy particulares las frituras.
Optar por cocinar los alimentos en casa. Los delivery tienen mucho sodio y grasas.
REDUCIR EL CONSUMO DE SODIO
Se aconseja que la ingesta de sal sea menor a 5 gramos por día (equivalente a una cucharadita de té de sal de mesa). Se puede reducir la ingesta de sodio evitando agregar sal a las comidas, disminuyendo el consumo de alimentos procesados, enlatados y embutidos. Siempre revisar la lista de ingredientes.
Otra opción es el uso de SAL MARINA LÍQUIDA – se consigue la marca gota de mar, tiene 4 veces menos sodio que la sal granulada común.
Para mejorar el sabor de los alimentos, se podría incorporar todo tipo de especias y condimentos: jugo de limón, pimienta, curry, orégano, provenzal, comino, ajo, lo que más nos guste.
EVITAR CONSUMIR ULTRA-PROCESADOS
Los productos ultra-procesados surgen de la combinación de ingredientes procesados con cantidades pequeñas de alimentos sin procesar, a lo que se suman ingredientes industriales altos en grasas, sales y aditivos (como conservantes, colorantes y aromatizantes).
No deberían formar parte de la alimentación diaria ya que se asocian al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Optar por alimentos reales.
TOMAR MUCHA AGUA
El agua es una bebida fundamental para todos los procesos del organismo. Es recomendable consumir 2 a 3 litros de agua por día. Es preferible el agua de la canilla, debido a que el agua mineral tiene alto contenido de sodio. También tener en cuenta que el café es un gran aliado para el hígado: tomar dos a tres tazas por día.
NO TOMAR ALCOHOL
El alcohol es un tóxico directo para el hígado por lo que no está recomendado su consumo en pacientes con enfermedad hepática.
NO CONSUMIR SUPLEMENTOS DIETARIOS
Los suplementos dietarios (aquellos compuestos comprados en dietéticas, farmacias, hierbas) que no estén autorizados por tu médico de cabecera no deben ser consumidos, muchas veces resultan perjudiciales para la salud de tu hígado.
¡MANTENERSE ACTIVO!
La actividad física es parte del tratamiento. Ayuda a mejorar la masa muscular, la función cardiopulmonar y la calidad de vida. Se aconseja realizar 150 minutos de actividad física por semana (por ejemplo, 30 minutos de actividad diaria 5 veces por semana).
Si nunca se hizo ejercicio, empezar caminando y aumentar la intensidad de manera paulatina hasta alcanzar una intensidad ligera-moderada.
Sumar movimiento a las actividades diarias: hacer los mandados caminando, usar escaleras en vez de ascensor, bajar antes del colectivo y caminar algunas cuadras ¡todo suma!
CONSULTAR CON EL ESPECIALISTA
La nutrición es una parte clave del tratamiento. Los especialistas en nutrición trabajan en conjunto con los médicos hepatólogos para identificar problemas, buscar soluciones y optimizar los resultados con una dieta hecha a medida de las necesidades de cada paciente.
Temas
Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
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