En este artículo, la Dra. María Jimena Martínez, Staff del Servicio de Hematología de Grupo Gamma, explica los tipos de leucemia que existen y cual es el tratamiento en cada caso.
¿Qué es la leucemia?
La Leucemia es una enfermedad que se caracteriza por una proliferación descontrolada de células sanguíneas.
Las células de la médula ósea, alojadas en el interior de los huesos, sufren un cambio leucémico, esto es, se multiplican sin control y supera en cantidad e inhiben el desarrollo de las células normales.
Esto genera un exceso de dichas células dentro de la médula y en la sangre, y una disminución marcada de las normales.
¿Qué tipos de leucemia existen?
Existen cuatro tipos principales de leucemia dependiendo su célula de origen y la rapidez de su producción:
- La Leucemia Mieloblástica Aguda (LMA) se origina en células mieloides, se desarrolla con rapidez y se presenta generalmente en personas mayores a 65 años, en menor proporción en niños y adolescentes.
- Por otro lado, la Leucemia Mieloide Crónica (LMC) también afecta a células mieloides con un curso más lento, más de la mitad de los pacientes tienen entre 65 años o edad superior, y afecta a un pequeño porcentaje de niños y adolescentes.
- Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) tiene su origen en células linfoides y se desarrolla con rapidez, se presenta fundamentalmente en niños/ adolescentes y una pequeña proporción de adultos.
- En cambio la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) que también afecta las células linfoides, se desarrolla con lentitud, los pacientes tienen más de 65 años en su mayoría. Infrecuente en niños y adolescentes.
¿Hay una causa que origina la enfermedad?
Los factores de riesgo y las causas no se conocen, pero se han asociado a algunos tipos de quimioterapia, enfermedades genéticas, exposición crónica al benceno y radioterapia.
Síntomas
Los síntomas son muy variables. Para las leucemias agudas incluyen:
- Cansancio o falta de energía
- Piel pálida
- Fiebre
- Hematomas o lesiones hemorrágicas en piel sin mediar trauma
- Dolor óseo y muscular
Cabe decir que, es común que las personas con CLL o CML no presenten síntomas y el cuadro se presenta como hallazgo en analítica de rutina. Puede estar asociada no obstante a infecciones recurrentes o aparición y/o aumento de tamaño de ganglios linfáticos o el bazo.
La sospecha clínica se realiza a partir de valores alterados en hemograma; niveles altos o bajos de glóbulos blancos, visualización de células de leucémicas mediante microscopía, asociado a alteración en el conteo de plaquetas y glóbulos rojos.
Confirmación del diagnóstico
El estudio de la médula ósea (aspiración y biopsia) junto a estudios moleculares y genéticos confirman el diagnóstico y nos permiten identificar los tipos y subtipos de células de leucemia.
¿Cómo es el tratamiento?
El tratamiento debe adaptarse al paciente y tipo de leucemia. Para los pacientes con leucemia aguda el tratamiento se realiza en internación con un equipo multidisciplinario.
La primera etapa del tratamiento se llama terapia de inducción, seguida de consolidación (intensificación) y en algunos casos, terapia de mantenimiento. Además incluye trasplante de células madre o la opción de inclusión en ensayos clínicos.
En el caso de la LMC dependiendo de su fase, el tratamiento se basa en fármacos o terapia dirigidos a una mutación genética (cromosoma de philadelphia). En su mayoría son de vía oral y por ende completamente ambulatorios. En la LLC un gran porcentaje de pacientes no necesitan tratamiento al momento del diagnóstico, por lo que se opta por observar y esperar.
En aquellos pacientes con criterio de tratamiento, pueden recibir inmuno-quimioterapia o terapia “target” (terapias dirigidas a una molécula específica de la molécula leucémica), combinada o no con anticuerpos monoclonales (inmunoterapia)
Debemos destacar que cada tipo de leucemia puede requerir un seguimiento diferente y siempre la mejor opción es el acompañamiento médico, con un equipo multidisciplinario.
Temas
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