El Dr. Fabián Bianchi, Staff del Servicio de Ortopedia y Traumatología de Grupo Gamma, nos cuenta cuales son las lesiones de rodilla en la práctica deportiva, más frecuentes y cuando es conveniente retomarla teniendo en cuenta los protocolos de rehabilitación.
¿Cómo está conformada la rodilla?
Comencemos por una definición clave: la rodilla es la articulación central de los miembros inferiores. Está formada por la unión de dos huesos muy importantes: el fémur y la tibia, en la porción proximal, y une el muslo y la pierna.
En su interior tiene un pequeño hueso, la rótula, que se articula con la porción anterior e inferior del fémur, así como dos discos de fibrocartílago, los meniscos.
Asimismo, está envuelta por una cápsula articular y ligamentos, lo que le da estabilidad.
La misma es una articulación vulnerable a sufrir lesiones ya que participa en las actividades diarias como caminar, arrodillarse y levantar peso. Además soporta impactos en diferentes prácticas deportivas.
El ligamento cruzado anterior es uno de los cuatro ligamentos principales que estabilizan la articulación de la rodilla, está compuesto por dos haces, el anteromedial y el posterolateral que obtienen su nombre con base en sus respectivas inserciones en la tibia.
Los haces trabajan juntos para mantener la estabilidad de la rodilla, otorgando gran estabilidad anteroposterior y rotatoria, evitando que la tibia se deslice hacia adelante con relación al fémur.
Práctica deportiva y lesiones de rodilla
Las lesiones de rodilla suelen ser resultado de un uso excesivo o una lesión aguda por un traumatismo directo en la práctica deportiva.
En lesiones agudas incluimos esguinces, distensiones, incluso lesiones ligamentarias, meniscales o fracturas.
Las lesiones por uso excesivo pueden incluir síndrome de dolor femororrotuliano, más en mujeres y tendinosis de acuerdo a diferentes deportes.
Ruptura del ligamento cruzado (LCA)
La LCA es de las lesiones más comunes relacionadas con el deporte. Es de una importancia epidemiológica de primer orden, ya que se ha estimado que anualmente una de cada 3,000 personas sufre una rotura del LCA en los Estados Unidos.
Es decir, cada año se realizan en Estados Unidos 100,000 reconstrucciones del LCA, cuyos buenos resultados oscilan entre 75% y más de 90%.
Puede presentarse en diferentes grupos de edad de entre 8 y 63 años, de los cuales el 70.68% son pacientes masculinos y 29.32% femeninos y el 14.05% atletas de alto rendimiento.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Se han estudiado factores de riesgo que pueden predisponer a una ruptura del ligamento cruzado anterior.
Pueden ser factores externos, anatómicos, hormonales, neuromusculares, posturales y algunos movimientos específicos.
Veamos cada uno:
Externos: la fricción y la resistencia aumentada entre el calzado y el suelo incrementan el riesgo de lesiones.
Sucede del mismo modo en lugares con pasto alto o pasto artificial.
Anatómicos: el índice de masa corporal es el único riesgo anatómico modificable.
En las mujeres las proporciones comparadas con los hombres son menores, lo que provoca menor cantidad de fibrillas de colágeno, que a su vez induce menor rigidez, esto las predispone a mayor incidencia de lesión.
Neuromusculares: en el control neuromuscular normal existen restricciones dinámicas que responden a un estímulo sensorial y las lesiones de ligamento cruzado anterior provocan una disminución del mismo.
Posturales: las posiciones específicas del cuerpo pueden provocar lesiones de ligamento cruzado anterior.
Movimiento: cuando se superan los ángulos normales de movimiento de la rodilla se aumenta el riesgo de sufrir una lesión de ligamento cruzado anterior.
La consulta profesional y el tratamiento
Al consultorio acude un paciente que presenta de manera típica dolor general en la rodilla localizado en la parte posterior de la misma.
Con posible derrame de líquido sinovial, inflamación y reducción del movimiento de la articulación.
El examen físico desempeña un papel muy importante en el diagnóstico oportuno y se utilizan diferentes exámenes físicos para llevarla a cabo.
En pacientes con derrame agudo de rodilla el test de Lachman y el test de de pivot shift pueden llegar al diagnóstico clínico de una ruptura de ligamento cruzado anterior.
La exactitud de la examinación física es de 90.27%, mientras que la de la resonancia magnética es de 83.33%.
El tratamiento conservador consiste principalmente en terapia física, dependerá del pronóstico y de las capacidades del paciente.
Hay que decir que los pacientes con ruptura crónica de ligamento cruzado anterior, sufren una osteoartritis más avanzada que los pacientes con reconstrucción de ligamento cruzado anterior.
¿Cuándo se debe realizar una cirugía?
La cirugía artroscópica es actualmente el tratamiento para la reconstrucción de ligamento cruzado anterior, ya que es un procedimiento mínimamente invasivo.
La decisión de este tratamiento está basada en 3 puntos principales: la presencia de lesiones concomitantes, el objetivo del paciente y la sensación de inestabilidad.
Debemos destacar que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que protege y reduce el daño al tejido sano, minimiza el sangrado, las cicatrices y además proporciona buenos resultados.
Volver a la práctica deportiva
El objetivo de la reconstrucción del Ligamento cruzado anterior en fase temprana, es estabilizar la articulación para prevenir una lesión secundaria por insuficiencia del mismo, como lesiones meniscales y condrales.
De esta manera podemos evitar una artrosis temprana.
Los protocolos de rehabilitación y el momento de retomar a la actividad deportiva, luego de una reconstrucción de LCA, siempre se basaron en los tiempos biológicos de incorporación del injerto.
Por lo tanto el retomo a la actividad deportiva completa recién a los 8 o 9 meses, o sea cuando el injerto esté totalmente re-vascularizado.
Temas
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