La Dra. Melisa Dirchwolf fue seleccionada entre profesionales de todo el mundo para realizar una beca en el Hospital Inselspital, Suiza. La profesional es integrante del Servicio de Hepatología y de la Unidad de Hígado del Hospital Privado de Rosario. Durante tres meses trabajo como asociada en investigación en el equipo de Hepatología y Trasplante Hepático de este hospital. Su experiencia abre la posibilidad de trabajo conjunto entre el Hospital Inselspital y el HPR.

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¿Cómo nace la posibilidad de la beca en Suiza?

La iniciativa nace de la inquietud de la firma suiza, Novartis. Desde esta compañía promueven el vínculo entre países como Suiza y Argentina para el desarrollo en educación en Hepatología. Así surge el Novartis Hepatology Training Fellowship, bajo la dirección de la Swiss Liver Foundation.  En forma conjunta y a través de becas, permiten a profesionales de todo el mundo formarse o, como en mi caso, afianzar sus conocimientos en un área que aquí está menos desarrollada como es la investigación clínica en hígado graso y trasplante hepático. La beca no tiene ninguna condición, solo trabajar en el área de interés y promover el desarrollo profesional.

¿Cómo fue el proceso de selección?

Novartis hace una oferta a todos los centros de hepatología de Latinoamérica, África, India y Sudeste Asiático, entre otros. A través de esa invitación, Novartis junto a la fundación suiza Swiss Liver Foundation, lleva a cabo una selección entre diferentes profesionales del mundo. Los curriculums son recibidos y analizados por el director de la fundación, Dr. Jean François Dufour, quien elige los candidatos finalistas.

La beca me permitió completar mi entrenamiento en el área de investigación clínica en hepatología, así como conocer distintos enfoques/aplicar nuevas tecnologías en la práctica diaria de la especialidad.

¿Cuál fue el objetivo de la experiencia? 

La beca me permitió completar mi entrenamiento en el área de investigación clínica en hepatología, así como conocer distintos enfoques/aplicar nuevas tecnologías en la práctica diaria de la especialidad. Me fui tres meses a un hospital, que se llama Inselspital. Tiene 1600 camas y una Unidad de Hígado que ve 50 pacientes diarios en forma ambulatoria y alrededor de 20 pacientes en internación por día, respectivamente. Si bien se ven todo tipo de patologías, la Unidad suiza es pionera en el manejo de las complicaciones del hígado graso, hepatocarcinoma y enfermedades vasculares del hígado.  Formé parte del equipo de investigación y compartí las actividades diarias de la evaluación clínica de los pacientes, como observadora.

Durante la rotación pudimos empezar tres iniciativas de proyectos de investigación. Si bien los hacemos en forma conjunta, dos de los proyectos son dirigidos por mi persona con datos nacionales suizos. Trabajamos en dos áreas particulares: los resultados en la sobrevida de los pacientes con y sin cáncer hepatocelular en lista de espera para trasplante hepático; y los resultados tras la selección de donantes hepáticos en Suiza.

¿Cuál es el objetivo de las dos investigaciones?

Analizar los resultados que se obtienen tras la realización de trasplantes hepáticos en distintos tipos de pacientes. Esto a partir de conocer la efectividad en el uso de los donantes. Es decir, por ejemplo cuáles son los resultados post trasplante, qué grupo de pacientes está teniendo mayor o menor sobrevida. Ello con el fin de optimizar los resultados tanto en lista de espera como pos trasplante hepático.

Los proyectos de investigación en común fueron un plus que surgió del trabajo y las inquietudes diarias, no estaban planeados. Se trata de una beca colaborativa entre países latinoamericanos y Suiza. Esta beca tiene como objetivo desarrollar un proyecto vinculando el Hospital Privado de Rosario con el Hospital Inselspital de Suiza.

¿Cómo surge la idea de iniciar un proyecto de trabajo conjunto entre los dos países?

Mi visita durante tres meses fue sólo el inicio de esta relación. Los proyectos de investigación en común fueron un plus que surgió del trabajo y las inquietudes diarias, no estaban planeados. Entre los cuales están los dos proyectos que lidero más un proyecto que estamos enviando esta semana. Se trata de una beca colaborativa entre países latinoamericanos y Suiza. Esta beca tiene como objetivo desarrollar un proyecto vinculando el Hospital Privado de Rosario con el Hospital Inselspital de Suiza. Es decir, proyectos de investigación conjuntos, una beca nacional suizo – argentina enfocada en pacientes con patologías graves en hígado. El objetivo es trabajar en cómo mejorar la sobrevida de los pacientes.

¿Qué diferencias encontró en su experiencia con Argentina?

Ellos tienen una característica notoria, que me gustó muchísimo, y es que tienen muy integrada en la práctica clínica a los ensayos clínicos. Allá hay acceso a través de esta metodología a medicación que se encuentra en las etapas finales de prueba previo a su autorización para su comercialización. Los pacientes acceden a tratamientos para patologías graves tres o cuatro años antes que esté disponible en el resto del mundo. En muchos casos les permite tratar patologías que antes no tenían ningún tratamiento, como la forma más severa del hígado graso, la esteatohepatitis en particular o diferentes tratamientos para el hepatocarcinoma.

Para mi fue una experiencia bárbara porque es un país que tiene acceso a las últimas innovaciones tecnológicas, accesibilidad desde lo económico muy superior a cualquier otro. Lo que reconforta es que nuestra formación académica y clínica está muy a la altura de ellos. Los argentinos tenemos una resiliencia y una capacidad de crear con poco que en otros lados no hay, y es muy valorada. Como comunidad de investigadores tenemos un potencial enorme y tenemos que tener más confianza y explorarlo más.