Desde su inauguración, en el Hospital Privado de Rosario (HPR) se realiza la cirugía cerebral con paciente despierto. Los coordinadores del equipo multidisciplinario, los Dres. Ignacio J. Barrenechea y Héctor Rojas, miembros del Servicio de Neurocirugía, brindan información sobre la técnica, herramientas utilizadas y patologías en las cuales se aplica.
Muchos espectadores de la serie “Grey’s Anatomy”, podrían pensar que la cirugía cerebral, que vieron en algún capítulo, era un delirio del guionista, que es imposible realizarla con el paciente despierto. Lejos de ser producto de la ficción, desde el 2017 se realiza en el Hospital Privado de Rosario (HPR).
La cirugía de tumores cerebrales en pacientes despiertos es una técnica que disminuye la probabilidad de secuelas. Mediante el mapeo del cerebro, en pleno funcionamiento, permite identificar -y, en muchos casos, preservar- las áreas funcionales primarias importantes (lenguaje, movimiento, visión) y fibras cerebrales.
De esta forma, aumenta el grado de seguridad durante la extracción de ciertas lesiones del sistema nervioso. Incluso la resección amplia es más sencilla cuando no compromete estas zonas esenciales, denominadas “elocuentes”.
“La cirugía cerebral con paciente despierto permite identificar -y, en muchos casos, preservar- las áreas funcionales primarias importantes (lenguaje, movimiento, visión) y fibras cerebrales.”
A menudo, el tumor o lesión vascular involucra las áreas motoras, sensitivas o del lenguaje, o las vías descendentes -cableado interno del cerebro- en su paso por las zonas más profundas. La resección, aún dentro del tejido anormal, puede aumentar el déficit neurológico, llegando a ser permanente y, por ende, empeorar el pronóstico y calidad de vida del paciente.
La cirugía cerebral con paciente despiertos, ¿En cuáles patologías se aplica?
No todos los tumores cerebrales requieren de un paciente despierto durante el procedimiento quirúrgico. Pero dicha técnica puede ser aplicada para: ciertos tumores malignos primarios y metastásicos, cavernomas y malformaciones arteriovenosas cerca de áreas elocuentes.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El HPR dispone de tecnología de punta para el diagnóstico preoperatorio de las lesiones cerebrales. Mediante modernas técnicas de resonancia, se pueden identificar las áreas funcionales importantes (lenguaje, movilidad, vista) y el “cableado” de las mismas. A su vez, analizar su relación con la lesión a tratar, mediante la Resonancia Magnética funcional con tractografía.
Además, previo al procedimiento quirúrgico, el paciente es estudiado por un equipo de neurólogos, terapistas del lenguaje y psicólogos.
¿Cómo se realiza la cirugía cerebral con paciente despierto?
Estas intervenciones se desarrollan en fases muy diferenciadas. En primer lugar, se realiza una sedación y se anestesia el cuero cabelludo del paciente. En esta etapa, se accede al cerebro a través de la extracción de una ventana en el cráneo (craniotomía). Una vez allí, se mapea toda la zona expuesta con un estimulador cortical para buscar las áreas importantes que deben ser conservadas. En este momento, se procede a despertar al paciente, quien permanece en vigilia mientras se realizan ciertas pruebas.
Mediante la realización de preguntas y test secuenciales, valoramos el lenguaje en tiempo real. De ese modo, se asegura que la manipulación de las áreas cercanas al tumor no afecta a esta facultad. Una vez hallada la vía de entrada “segura”, se reseca el tumor con el paciente, nuevamente, sedado. En algunos casos, se lo vuelve a despertar para buscar ciertas estructuras profundas que deben preservarse.
¿Cómo está conformado el equipo multidisciplinario?
El Hospital Privado de Rosario cuenta con un grupo multidisciplinario para el estudio, diagnóstico y tratamiento que tiene por objetivo minimizar el daño neurológico y psicológico de estas cirugías. El mismo, está conformado por: neurocirujanos (Telmo Nicola, Ignacio Barrenechea, Héctor Rojas y Roberto Herrera), neuróloga cognitiva (Cecilia Molaro), fonoaudióloga (Silvina Peralta), neuroanestesiólogo (Marco Nicola), instrumentadoras quirúrgicas especializadas (Yamila Graziottin y Noelia Monserrat), neurólogos especialistas en monitoreo intraoperatorio (Robin Ingledew), psicóloga (Romina Tion), neuropatólogos (María Fernanda Ruiz y Germán Pérez), neuroimagenólogos (Jorge Nagel y Sabrina Miralles), oncóloga (Miriam Raimondo) e, incluso, un licenciado en física (Andrés Bruna). Realmente todo un “ejército” de profesionales que trabajan en conjunto para minimizar las secuelas neurológicas.
“El HPR cuenta con un grupo multidisciplinario para el estudio, diagnóstico y tratamiento que tiene por objetivo minimizar el daño neurológico y psicológico de estas cirugías.”
¿Qué tecnología se aplica?
Estas cirugías son técnicas de alta complejidad. Por tal razón, es imposible desarrollarlas sin la asistencia tecnológica necesaria a lo largo de todo el procedimiento. El HPR dispone de una evaluación preoperatoria, con la Resonancia Magnética Funcional con Tractografía.
Durante la cirugía se utiliza la neuronavegación, un equipo que funciona como un GPS, que asiste en la planificación del abordaje y ubicación anatómica durante el procedimiento. Además, en el postoperatorio resulta fundamental el equipo de recuperación en UTI con experiencia. Como punto a destacar, el HPR adquirió un microscopio quirúrgico de última generación, que próximamente llegará y es una herramienta clave para esta cirugía.
“Durante la cirugía se utiliza la neuronavegación, un equipo que funciona como un GPS, que asiste en la planificación del abordaje y ubicación anatómica durante el procedimiento.”
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