A través de la ovodonación, una donante anónima aporta sus óvulos a otra mujer para que sean fecundados con el semen de la pareja de esta última. En este sentido, al recibir un óvulo con una carga genética “ajena”, surge la pregunta: “¿El bebé, tendrá algo mío?”. La Dra. Idelma Serpa, Jefa del Servicio de Medicina Reproductiva de Grupo Gamma, brinda información sobre la epigenética, un concepto clave para responder a esta duda.

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La epigenética se refiere a cómo influye el medio ambiente en la expresión de nuestros genes. Esta palabra es de origen griego y literalmente quiere decir “por encima del genoma”. “EPI” = “POR SOBRE DE”, es decir: por sobre la genética.

En el siglo pasado se atribuía a que el desarrollo de los organismos y la propensión a las enfermedades tenía que ver únicamente con mutaciones en la secuencia de ADN en los genes.

¡HOY SE SABE QUE ESTO NO ES ASI!

¿Cómo influye la Epigenética en nosotros?

Más de 90 por ciento de las enfermedades dependen de cómo se ha alimentado la persona, si fuma, de los tóxicos a los que se ha expuesto, si se ha expuesto mucho al sol, si duerme, si se estresa y cómo logra gestionar sus emociones.

En función de todas esas cosas, la persona puede hacer que una célula se exprese de una forma determinada.

Los genes se prenden y se apagan por señales químicas (el medio en el que vivimos) y producen proteínas, y sólo por el hecho de cambiar pensamientos, emociones y comportamientos, estás enviando nuevas señales químicas a tus células, a tus genes.

¿Cómo influye la epigenética en el embarazo y en el bebé?

Los genes que se heredan, van a modificarse, modificar su expresión en función de lo que hacemos o dejamos de hacer: ¿hacemos ejercicio?, ¿dormimos bien?, ¿nos alimentamos en forma saludable?, ¿o no? En función de tus respuestas a estas preguntas conocerás tu estado de salud.

En el caso de las mujeres embarazadas, el “medio ambiente principal” es el útero, o sea, todas aquellas cosas que la mujer hace o deja de hacer van a favorecer (o no) al desarrollo del embrión desde el momento mismo de la implantación y van a determinar cómo será ese bebé en un futuro, a nivel emocional y de salud en general.

Esto explicaría por qué los niños de ovodonación se parecen a sus madres: el microambiente uterino moldea los genes del embrión dentro del útero durante su gestación. Por este motivo, es más importante el aporte uterino que el gen en sí, para el futuro desarrollo del bebé que se gesta.

Entonces, frente a la pregunta: “el bebé, tendrá algo mío?”. La respuesta es ¡sí! Va a tener todo lo que le des, porque la epigenética moldea los genes del desarrollo embrionario.