La Disfagia es una alteración del proceso deglutorio que suele asociarse a pacientes con diagnóstico médico de Esclerosis Múltiple y puede comprometer la capacidad para hidratarse o alimentarse. Julieta Dal Molin, Lic. en Fonoaudiología, nos acerca información al respecto.

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La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad inmunomediada, inflamatoria, desmielinizante y neurodegenerativa crónica del sistema nervioso central, que representa la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes.  

Cuando se piensa en una enfermedad como la Esclerosis Múltiple, se imagina al paciente con dificultades visibles y tangibles como el compromiso en la motricidad, el equilibrio, la fatiga y la marcha. Sin embargo, diversos estudios describen una incidencia de Disfagia en Esclerosis Múltiple entre el 24% – 65% de las personas diagnosticadas.

La Disfagia es la alteración en el proceso deglutorio, en el cual se pueden comprometer:

• La eficacia deglutoria: capacidad para alimentarse e hidratarse de manera óptima y como consecuencia, la persona podría padecer cuadros de desnutrición y deshidratación.
• La seguridad deglutoria: que implica el pasaje de las partículas alimentarias a vías aéreas inferiores (penetración y/o aspiración), con peligro de que se produzcan complicaciones respiratorias como infecciones, neumonías aspirativas, broncoaspiración e inclusive la muerte.

Muchos pacientes con diagnóstico médico de Esclerosis Múltiple padecen de Disfagia o trastornos deglutorios que no se aprecian a primera vista pero comprometen severamente su calidad de vida. Esta invisibilidad está en relación con la multiplicidad de síntomas y signos clínicos que rodean a la Esclerosis Múltiple y a su grado de severidad.  

Resulta de suma importancia difundir a toda la comunidad sobre los principales síntomas y/o signos de sospecha de Disfagia en una persona, ya que no siempre se presenta de manera clara y precisa.

Es fundamental conocer para poder reconocer.

Síntomas y/o signos de alarma:

• Tos o atragantamiento al comer o inmediatamente después, con todas o con alguna de las consistencias (semisólidos, sólidos y líquidos).
• Cambios en la voz (húmeda o mojada). Disfonía.
• Dificultad para el control de la saliva.
• Dificultad para la formación del bolo y el manejo de la comida en la boca.
• Deglución fraccionada. Tragar la comida en pequeñas cantidades, poco a poco.
• Residuos en la boca pos deglución.
• Infecciones respiratorias a repetición.
• Sensación de retención de alimento en la faringe y necesidad de hacer varias degluciones. Sensación de cuerpo extraño.
• Emplear excesivo tiempo para comer.
• Pérdida de peso progresiva. Pérdida de apetito. Signos de desnutrición y deshidratación.
• Picos febriles de etiología desconocida.

Si usted padece algunos de estos síntomas y/o signos de alarma, o los reconoce e identifica en una persona cercana, es imprescindible que se lo comunique a su médico de referencia y que realice una consulta con un profesional fonoaudiológico.

La detección temprana de las dificultades deglutorias y su respectiva rehabilitación están orientadas a sostener, mejorar la calidad de vida de las personas y aspiran a conservar la función de comer y beber. Actos inherentes al ser humano para su supervivencia tanto nutricional como emocional y social.

El Hospital Privado de Rosario, cuenta con la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes integrada por un cuerpo médico y terapéutico, especializado en el tema. 

Los profesionales abordan cada patología de manera integral y transdisciplinar, partiendo de una entrevista exhaustiva. Además, el Servicio de Fonoaudiología, realiza una evaluación clínica e instrumental de la deglución, con el fin de arribar a un diagnóstico y brindar una rehabilitación adecuada a las necesidades de cada paciente, respetando siempre la singularidad e individualidad que una enfermedad tan compleja requiere.