La medicina preventiva cobra un valor fundamental en enfermedades oncológicas.

Con la disminución del tabaquismo y el alcoholismo se puede lograr que baje la incidencia de algunos cánceres como son los que se originan en cabeza y cuello, esófago, pulmón  y vías urinarias.

Con cambios en hábitos dietéticos se puede prevenir el cáncer de colon y estómago. Son necesarias 5 raciones diarias de alimentos que contengan fibras (cereales, frutas, verduras). Algunos cánceres pueden diagnosticarse en estadíos muy tempranos, con alta curabilidad de los mismos si se siguen indicaciones que recomendará su médico, por ejemplo:

  • examen de Papanicolau para cáncer de cuello de útero,
  • mamografía para cáncer de mama,
  • estudio de materia fecal y/o endoscopía para cáncer de colon y recto,
  • examen rectal y análisis específico de laboratorio para cáncer de próstata.

También es necesario conocer que se debe consultar a un médico ante un dolor persistente, un nódulo en cualquier lugar del cuerpo o aumento de tamaño de un testículo, un sangrado en cavidad oral, en tracto digestivo,  o ginecológico o bien un dolor continuo y persistente, un lunar que cambia de tamaño y/o forma.

Estos síntomas pueden, en algunos casos, ser la expresión de una neoplasia y su médico realizará los estudios necesarios para el diagnóstico preciso.